jueves, 12 de octubre de 2017

Hacerle el amor a un Fanzine, o simplemente sexo.



[Hoy quiero compartir un texto poético que escribí el año pasado, es un homenaje a las emociones que nos producen a algunas personas abordar la lectura de estas piezas tan particulares].

[sin foto, usa la imaginación]


Hacerle el amor a un Fanzine, o simplemente sexo.
Por Ana Martín - febrero 2016

El camino más corto
para el orgasmo fanzinero
se dibuja entre el pensamiento
y el papel.
No dista más que unas horas de edición.

Papeles
provocadores.
Poseen visiones parciales,
sesgadas e incómodas.
Encantadores o detestables,
reveladores o falaces
minuciosos o descuadernados,
con lomos estrechos,
sueltos o atados,
siempre listos para ser cabalgados.

Numerados
para saber cuántos eran,
numerados
para saber cuántos quedan
y quiénes son.

Los fanzines se abordan
protegiéndolos a ellos
y desprotegido uno mismo.

Se sacan de su envoltorio
con infinita curiosidad y delicadeza,
con dedos suaves
y la boca llena de asombro
para recorrerlos y engullirlos.

Quieren que reacciones,
que goces
que encuentres algo que pensar,
y también que los trates con cuidado.
No los confundas con el folleto del supermercado,
aunque puedan compartir papel
vienen de cabezas distantes.
Quieren que se lo hagas una y otra vez,
que no pares,
con otros,
con todos.

Una firma original
no les da más valor
pero sí más emoción:
alguien los tocó, los rubricó
y serás tú quien los lubrique.


No se trata de elevar un papel
a la categoría de joya
ni de querer darle más valor a una fotocopia
que a la cuidadosa edición
del más cuidadoso de los editores;
pero si hablamos de dinero y medios
para contar algo,
debería bastar con que esté escrito,
pues los orgasmos son iguales
para pobres y ricos.

Es sencillo hacerlo con cuidado
como a un amante
a quien la pasión no le cabe en la ropa
y se contiene.
Hacerles el amor,
conocerlos,
comérselos por partes,
a mordiscos o a besos.
Eligiendo.
Siempre.

En cambio hay benditas prisas en otros ejemplares,
nacen, se hacen y piensan
en una sola jornada,
son encuentros violentos
donde la idea se empotra en el papel.

Hay fanzines que dan ganas de hacerlo,
otros excitan tu mente
como los desconocidos.
A veces,
son los restos baratos de la fiesta.
A veces,
son la guinda del pastel.
Hay de todo, como en todos lados.
Depende de lo que pienses
o en quién.

En cualquier caso
huele, toca, piensa, chupa y respeta,
si no te gusta, no te metas.
Si te gusta,
bienvenido a
este mundo que llaman alternativo,
underground, prohibido.
Ahora está de moda.
Pero las modas son pasajeras,
Ve do vas, y como vieres así haz.
Los fanzines seguirán ahí.
¿Apostamos?