miércoles, 26 de septiembre de 2018

Queridxs usuarixs de p ll s








Empiezo a estar un poco cansada de explicarle a personas de más de treinta y cinco años por qué tener sexo con condón.

¿Hace falta de verdad seguir enumerando las razones? Por higiene, por prevención de enfermedades y embarazo, porque no nos conocemos demasiado, porque tenemos sexo con varias personas...

Cuando hice este fanzine, de factura rápida y a mano, fotocopiado, lo hice en respuesta a una charla entre amigas en la que nos sinceramos acerca de las razones que se alegan para meterla sin protección: yo estoy sanx, tengo hecha la vasectomía, es que no sé hacerlo con condón, es que así no se me levanta, no tengo, no es de mi talla, nunca lo he necesitado (¿en serio?) no me gusta...

El momento del encuentro sexual entre dos personas en el que acercan sus genitales, desnudas o no, supone un espacio de indefensión, basta un empujón "casual" para que el pene entre sin protección en el agujero, la confianza en muchos casos es frágil, sobre todo si no se conoce demasiado a la otra parte.

Algunas mujeres me han confesado que han perdido relaciones por negarse a mantener sexo sin preservativo, otras, en cambio, me han confesado haber tenido mucha "suerte" porque han hecho verdaderas burradas y afortunadamente no les ha pasado nada.
Un hombre me dijo que en su mundo, el condón brillaba por su ausencia y que eso era difícil de cambiar. Su mundo.

En mi caso personal, me han llegado a llamar mojigata por insinuar el uso de la gomita ante una inminente relación sexual. Suma y sigue.


En otro orden de cosas está el conocimiento que algunas personas con pene tienen sobre sí mismas. Digo yo que quién mejor que unx mismx para saber qué marca y qué talla le va mejor a su aparato ¿no?. Es normal que si te calzas lo primero que encuentras o te dan, en forma de envoltorio de látex, no siempre resulte cómodo y útil.

Si yo con mi vulva y mi vagina elijo la marca de compresas, de tampones, la copa menstrual y hasta mis bragas en función de mi anatomía y mi comodidad, entiendo que otras anatomías deberían saber lo que les va mejor. Y más tratándose de placer. 

Mientras tanto, entre una cosa y otra, sigo imaginando (¿Existen?) a personas con pene experimentando a solas con distintas marcas de preservativos, masturbándose con ellos puestos para saber si les aprieta o si les deja margen de maniobra, descubriendo si les modifica la erección o les ayuda a mantenerla. Las imagino invirtiendo en adquirir marcas y lubricantes que les permitan jugar y probar lo que mejor les estimula y con lo que mejor pueden compartirse luego. 

Y una vez hallado el condón que marida perfectamente con su órgano, las imagino comprándolos en cajas de doce o de veinticuatro para que no les falten en los momentos de goce y para que la apuesta de meterla no esté supeditada a una sola unidad sino que, por el contrario, dispongan de lo que necesiten para esas subidas y bajadas que se dan en el juego erótico, porque ya se sabe que no todo es meterla y correrse, a veces es meterla, empujar, descansar, volverla a meter, no meterla, que te la metan... pero eso es ya otra historia.

He de decir que, visto lo visto, he añadido a mi lista de estímulos eróticos, la de aquellas personas con polla que saben manejarla dentro de un preservativo, penes erectos recubiertos de suave látex a los que la idea de verse enfundados no les modifican las ganas ni el empuje, miembros anclados a personas con la cabeza en su sitio que se cuidan a sí mismas para poder cuidar a las personas con las que follan, con conocimiento de lubricantes y zonas erógenas fuera del circuito corporal habitual.

Personas que no tengan la necesidad de someter a otras a la presión del déjame entrar solo la puntita, que como sabemos, es siempre mentira, porque nos gusta follar y a nadie le gusta quedarse a medias.

De nada vale que nos regalen condones a puñados en las fiestas o que hayan máquinas disponibles en los baños si al final no estamos acostumbradxs a usarlos o si no se adaptan a nuestras partes, a ver cómo le explicamos a una persona adolescente que se masturbe con el preservativo puesto para que aprenda. Se me está ocurriendo crear una caja-test que sirva para diez masturbaciones mientras investigamos marcas y medidas. Puede que se ponga de moda.