domingo, 14 de octubre de 2018

Nosotres / Weer. Experiencia travesti*

Mayo 2018. Proyecto Persons
Inauguración NOSOTRES / WEER en Don't Panic


* Entre diciembre de 2018 y enero de 2019, volverán a exhibirse las ilustraciones en Candelaria, en el Restaurante WAKANDA, Av. Maritima, 29 · Candelaria, Santa Cruz de Tenerife.

La exposición NOSOTRES estuvo del 6 a 27 de octubre en la tienda Don´t Panic de La Laguna, Tenerife. En calle Tabares de Cala, 15

Este texto está escrito tras la primera inauguración:

Llevo un tiempo esforzándome en cambiar la forma en la que miro a las personas. Quiero romper la manera en la que miro y construyo a lxs demás.

Hoy quise acompañar la inauguración de dibujos "Nosotres"/"Weer" con una experiencia personal: adopté una imagen masculinizada con los recursos que tenía en casa antes de salir, no fue exactamente un travestismo dragking pero sí tuve la intención de cambiar mi apariencia y mi actitud. Lo hice gracias a algunos recursos aprendidos en mi relación con personas familiarizadas en pensar sobre género, performatividad y arte.
Escogí ropa del armario que me pareció "menos femenina", tenis, camiseta y un pantalón negro. Me peiné con gomina con el pelo hacia detrás y la raya a un lado. Me hice un pene con tela metida en un condón y unos calcetines.
Sin pendientes, sin maquillaje, sin adornos.

Aquí están algunos pensamientos y sensaciones que tuve desde que salí de mi casa hasta que volví; conducir, ir al supermercado, inaugurar la exposición, ir a comer, caminar por la calle...
Es incómodo sentarme a conducir con algo entre las piernas.

El hombre que cuida el aparcamiento donde siempre llego, hoy no me sonríe, se queda serio y me saluda.

Camino raro y sé que llevar "paquete" hace que me mueva de forma diferente.
Pienso en adoptar actitudes masculinas y me empiezo a sentir en un limbo. No soy yo y tampoco me sale ser otro.

Algunas personas que entran a la tienda donde es la exposición me miran con incomodidad, aunque solamente dos o tres, se me ocurre que no hay nada en mí que les interese.

Cuando estoy presentando la exposición subida a un taburete tocándome el paquete y las tetas, hablando de la necesidad que tenemos de identificar el género de las personas con las que nos cruzamos, se da la casualidad de que pasa por delante de la puerta un sacerdote que se detiene y me mira. Nos miramos un segundo y sigue. Se me ocurre que tampoco le intereso a él.

Las tres fotos que publico en instagram de un corte de mis bragas con el falso pene son censuradas a los cinco minutos y recibo una advertencia de la plataforma sobre contenido no adecuado y pornografía y la amenaza de cancelar temporalmente mi cuenta si reincido. Luego entiendo que si esto ha sucedido es porque alguien lo habrá denunciado. Las tres fotos de tres publicaciones. Pienso en algunos seguidores que son menores de edad, pienso en algunos amigxs de mis hijxs que me siguen y en sus familias, también pienso en personas que quizás me envidien o que no quieren que se me vea de otra manera. Luego pienso que pienso demasiado y opto por enseñar las fotos a quienes están en la inauguración.

Las fotos crean debate, al parecer, son demasiado realistas y perturbadoras y entonces, alguien enseña perfiles de hombres gay cuyos paquetes son bastante más explícitos que el mío. A ellos no los denuncian. Hay menores que acceden a la pornografía sin que haya nadie que denuncie esos contenidos. Tampoco podemos denunciar ni censurar los anuncios explícitos que saltan de repente en internet mientras buscamos películas o recetas de cocina. Tampoco molestan las tetas de los anuncios por palabras del periódico.

Estar toda la tarde con el pene falso me resulta incómodo, me da calor y me pica. Me dice un amigo que llevar calzoncillos ayudaría porque en las bragas no hay espacio.

Otro amigo me pregunta si puede tocar. Y le dejo, claro. No siento nada pero imagino de todo.
Hay quien me mira sin detenerse en lo que ve, me mira a los ojos y ya.
Hay quien me mira de reojo y recuerdo a una persona transexual que me dijo no hace mucho tiempo que probara a decir que yo era transexual  y observara las miradas. Algunas miradas duelen, de verdad que sí.

Los dibujos no llaman mucho la atención, no son hermosos ni llamativos, no creo que sean imágenes para poner en cualquier salón. Sin embargo, entre los dibujos y mi travestismo encuentro la conexión que necesito para sentir que lo que estoy haciendo significa algo muy potente en mi crecimiento. Se me ocurre que quizá sea la primera vez que hago arte.

De repente me da miedo, siento que ya no tengo identidad. Me veo en el video y no me reconozco. Por una parte, mi cuerpo con mis 15 kilos que considero de más, y por otra, una presencia que no me representa. ¿Y si ya no le gusto a nadie después de exponerme así? ¿Y si me etiquetan de rara y no recupero mi imagen? Siento una empatía a borbotones con las personas que no acaban de sentirse cómodas en su género y me dan ganas de llorar y salir corriendo a esconderme. En lugar de eso, vamos a comer a una terraza en la calle.

Lo siguiente que me pasa es que durante el paseo, ese andar coqueto, habitual en quien va cruzando miradas con (hombres, en mi caso) buscando la aprobación o el "megusteo" callejero, esa forma de, digamos, ligar sin ligar pero ligando, de repente, deja de existir. No consigo cruzar la mirada con ningún hombre, creo que no les intereso. En cambio, tres mujeres sí me han mirado y diría que les gusté. Cuando lo comento con mis amigxs, uno de ellos, me dice que en realidad tengo más aspecto de bollo que de hombre y que le parezco que como bollo soy muy ligable.

El camarero de entrada me mira las tetas y el paquete un par de veces y luego cambia su actitud y me toma el pedido soltando un ¡gracias guapa! al irse. Creo que no me juzga ni le intereso más allá de que soy clientx.

Me pregunto cuánto habrá de auto sugestión en todo lo que me parece y cuánto habrá de verdad en lo que percibo. No me resulta divertido seguir con esto y pienso que los hombres vestidos de mujer en Carnaval se lo pasan mejor que las mujeres vestidas de hombre durante la fiesta.

A las cinco de la tarde ya estoy muy cansada y con ganas de llorar. Me pica la entrepierna y me da corte tocármela en público o recolocar el calcetín. Me siento fea y me sorprendo en el acto de coger la barra de labios para retocarme porque eso me hace sentir más guapa habitualmente.
Reflexiono en como dependo de pintarme los labios para sentirme más guapa.

Finalmente decido irme a casa para acabar con la experiencia. Estoy agotada mentalmente y con la sensación de que nadie va a quererme nunca más porque he traspasado una barrera de ridiculez y además la hice pública.

A lo mejor he dañado mi imagen como artista con esta chorrada. Me asaltan mil dudas y regreso a casa llorando mientras conduzco. Tengo la terrible sensación de haber estropeado algo. Permanezco muy atenta a lo que estoy sintiendo y se me ocurre que debe ser terrible vivir esto de verdad y constantemente. Soy consciente de que se requiere valor para hacer esto. Para llevarlo a cabo y exponerse. Se requiere valor y apoyo para vivir en un mundo que no te quiere.

En este punto me empodero, al fin y al cabo lo hice. Ya lo hice. Me vieron algunxs vecinxs del edificio, me vieron en la calle, mis amigxs me han tratado con respeto y cariño, me atrevería a decir que casi he ligado y sobre todo, he transitado por un lugar de mí misma que hasta ahora no conocía.
Tengo muchas ganas de maquillarme y sentirme femenina, de dejarme crecer el pelo y de adelgazar, de estar buena. Pero puedo entender la trampa de mi miedo a no ser aceptada y "megusteada". Woaaa, estoy maravillada de mi capacidad de sentir y pensar. Y encantada con esta nueva capacidad de dejarme mirar.

A todo esto le añado la edad, mi condición de madre, de divorciada, de mujer maltratada, de gorda y de mujer. Y todo eso lo equilibro con mi condición de artista, de valiente, de resiliente, de creadora, de currante, de sensualidad y sexualidad, de libertad y de mujer.

Voy a seguir entrenándome en cuidar la mirada para que al mirar otros cuerpos, estos se construyan libres y sin juicios.

Gracias a las personas que han despertado estas inquietudes, estas dudas y estas ganas de atreverme. @Persons, Compañía Baal, Danza en Comunidad, Adrián, Nuria, Chocolate remix Ira Rap, Salitre y anónimxs que ni siquiera saben que me inspiran.